Thursday, September 01, 2005

La Constante Interrogante

Suena un tanto inusual el escuchar que en estos tiempos una joven universitaria de veinte años sea todavía virgen. Me imagino que debe haber otras en mi situación que enfrentan probablemente con frecuencia la pregunta de los 64,000 centavos de si son vírgenes o no. Si la contestación es que, dependiendo con quien estés platicando, esta puede tomar más de un rumbo. Si estás con un grupo de amistades lo más probable es que las burlas sean notables y quizás ni te crean que aún eres virgen. Si estás conversando a solas con un muchacho o un hombre, en la mayoría de los casos al darse cuenta de la contestación probablemente dejen de hablarte o se alejen por completo. Esto lo puedo testificar como experiencia propia.
Los hombres o muchachos que me pretenden, ven mi apariencia física como la de una mujer entre las edades de 24 y 26 años y lo más importante me ven como si tuviera la experiencia que se acostumbra a medir en una persona de esa edad. En cuanto a experiencia me refiero a el haber tenido varios noviazgos con desenlaces felices o en fracaso. También me refiero al aspecto sexual; para esta edad se asume que una mujer ya ha disfrutado de una o sino varias relaciones sexuales.
Ante muchos hombres mi cuerpo crea una imagen errónea que se contradice tan pronto salen palabras por mi boca. No hay una concordancia entre lo que ven y escuchan. A fin de cuentas ese interés que habían creado a través de mi cuerpo desaparece y con el ellos también.
En ocasiones me enfado al saber que por una cosa tan insignificante como mi apariencia física se me acerquen los hombres y sea con intenciones de acostarse conmigo. No quiero que piensen que percibo el sexo como algo malo porque no es así. A pesar de mi poca experiencia pero por lo que comparto y escucho de los demás el sexo es algo maravilloso que se debe disfrutar al máximo con alguien especial. Lo que más me molesta es el saber que hay muchos hombres que quieren ir directamente al acto y se olvidan del resto. Ellos ven el sexo como una necesidad que deben satisfacer y no piensan en que para poder conseguir lo que desean no tienen porque apresurarse. Se apresuran como si estuvieran en una carrera que anhelan ganar pero que solo pueden ganar con el consentimiento de la mujer que tanto desean.
Yo diría que si todos esos chicos o hombres que me han pretendido hubiesen puesto el sexo en segundo lugar y hubiesen tenido paciencia quizás hubiesen obtenido lo que tanto deseaban. Son las palabras, los actos de apreciación y valorización, el ir esa extra milla lo que a mi por ejemplo me haría cambiar y emblandecer mi firma decisión de no entregarme a cualquiera.
¡Muchos me llamarán anticuada por mi manera de pensar y el continuar con mi decisión de mantenerme virgen pero hasta que no llegue un hombre que entienda, apoye y me respete con mi manera de pensar, seguiré siendo virgen y muy orgullosa de saber que lo soy!
Italis "La Sobreviviente"
LWC

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